jueves, 31 de marzo de 2016

Después de Semana Santa
Nunca pasa nada

Exagero, ya lo sé. Siempre pasan cosas. Lo que ocurre es que rara vez son las que esperamos.

Hablando de esperar, Dª Esperanza (no hace falta añadirle más para saber a quién me refiero) ha dicho que desafía a que alguien se atreva a demostrar que alguna vez ha mentido en los más de 30 años que lleva en la Política. No sé si será la edad que ni a los Grandes de España perdona o un recoveco de su acreditado sentido del humor, pero ella sabe muy bien que hallar un político que no haya mentido es más difícil que encontrar una virgen en un burdel. 

En fin, a estas alturas ya no es importante lo que la Señora diga o deje de decir. Sólo cito el cuento para demostrar que hasta el día más tonto pasa algo.

El juego continúa. Cansino, pero continúa.

Y se reunieron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Albert Rivera no estaba, pero su espíritu sobrevolaba la reunión.

Habrá quien piense que no pasó nada, pero no es cierto, pasaron cosas, poco importantes, es verdad, pero significativas.

Iglesias ha dejado de exigir la Vicepresidencia del Gobierno y cinco Ministerios. Siempre supo que su demanda era imposible, pero le valió páginas y páginas en todos los diarios. Era lo que buscaba. Ahora, como dijo Sánchez, "él se propuso solo, él se excluyó solo". Le faltó decir "bendito sea su santo nombre".

Podemos no quiere a Ciudadanos en el mismo Gobierno, Ciudadanos le corresponde con la misma y diametralmente opuesta inquina, así es que el Gobierno que le gustaría a Sánchez, él en el centro, Rivera a su diestra e Iglesias a su siniestra mano, no es viable.

Sánchez repite, venga o no a cuento, que cualquier pacto con él, tiene que asumir el acuerdo previo entre PSOE y Ciudadanos. Elogiable actitud que para eso tienen documentos firmados, pero como Rivera e Iglesias se excluyen mutuamente, de  poco vale el gesto.

Mientras tanto, parece haber fraguado una débil tregua en el seno del PSOE. Aunque Susana Díaz se reserve su última palabra, ella sabrá hasta cuándo, tal parece que no habrá Congreso hasta que haya Gobierno. Es lo más sensato porque ¿y si se hace antes, se confirma a Pedro Sánchez y en nuevas elecciones aún sale peor parado que en las pasadas? ¿Y si se defenestra a Sánchez, quién es capaz de afianzar a un líder en menos de un mes?

Las aguas revueltas de Podemos dejan, al menos por el momento, un aparente ganador, Iglesias, y un reflexivo perdedor, Errejón. Doy por supuesto que ambos saben que, dado el momento en que se han escenificado los desencuentros, han perdido los dos, porque si algo no le gusta al electorado es la desunión.

Sigue la afición a las encuestas.

No importa cuán poco fiables sean, ni qué pueda importar lo que digan sus resultados en un momento en que ni siquiera se sabe si volverá a haber elecciones a la vuelta de la esquina, cada fin de semana (y a veces en días laborables) vamos conociendo estados de opinión no sólo mutables en el tiempo, sino, como es habitual, diferentes según el medio que los haya encargado.

No obstante, podría decirse que, en líneas generales, PP pierde votos pero sigue en cabeza, PSOE araña algunos puntitos, pero insuficientes para desbancar al PP y Podemos está cada día más lejos de arrebatar la segunda plaza al PSOE e incluso podría perder la medalla de bronce a manos de Ciudadanos, que parece ser el ganador relativo de esta extraña competición.

Debe de ser una mera casualidad, pero leo que Ciudadanos prefiere nuevas elecciones a pactar con Podemos. Lo de rechazar a Iglesias, lo entiendo, pero me llama la atención que ahora Rivera empiece a tontear con la idea de nuevas elecciones ¿Tendrá algo que ver con esos pronósticos que le sitúan ya en tercer lugar? No. Debe ser por otra cosa.

¿Y el Presidente en funciones?

Pues eso, en funciones. Sigue diciendo que él ha ganado las elecciones y que le toca seguir gobernando con el apoyo de formaciones con las que no habla.

La evidencia de que el sistema español no otorga el poder al que más votos tenga sino al que logre mayoría parlamentaria, no parece que sea suficiente para hacerle trabajar en pos de ese acuerdo que le permita seguir en la Moncloa otros cuatro años.

No sólo no habla con quienes necesita para tener mayoría parlamentaria sino que, cuando le da por ahí, repite por enésima vez que él ha ganado las elecciones y que no va a apoyar a quienes quieren deshacer su obra. O sea, que los apoyos que busca los exige bajo la forma de adhesión inquebrantable a los principios fundamentales del Partido Popular.

El trabajo de explicarle a la ciudadanía quién ha ganado las elecciones ha de ser complejo y cansado, porque veo, oigo, que se lo reparten entre muchos, y todos dicen lo mismo y sólo eso. La Srª Cospedal, el incombustible Sr. Arenas, el portavoz parlamentario: hemos ganado las elecciones y quien ha tenido el peor resultado de su historia no puede pretender que le ayudemos a deshacer lo que con tanto trabajo hemos hecho en esto últimos 4 años. Suena cansino.

En algún momento se me ha pasado por la cabeza que a lo mejor el Sr. Rajoy busca perpetuarse como Presidente en Funciones, por los siglos de los siglos. Recuerden que él defiende la peregrina teoría de que un Gobierno en funciones no tiene por qué someterse al control parlamentario, lo que le situaría en el limbo político.

Imaginen el escenario. Pese a la corrupción, pese al nulo esfuerzo por salir del atolladero, el PP sigue primero en las encuestas, por una parte, y, por otra, el escenario después de las elecciones de junio, sería similar al actual. ¿Quién dice que los acuerdos entonces serían más fáciles que ahora? De nuevo, por tanto, Gobierno en funciones, peleas entre Rivera e Iglesias, entre éste y Errejón, entre Sánchez y Susana Díaz, y Don Rajoy dejando pasar el tiempo.

Qué podría pasar mientras tanto con las inversiones extranjeras en España, con el IBEX, con la prima de riesgo y con la deriva independentista catalana sería algo que se iría cargando a la cuenta de los irresponsables que antepusieron sus intereses personales al derecho del Sr. Rajoy a ser Presidente. 

Más que sueño sería pesadilla. ¿Y si la jugada se repitiera tres, cuatro veces?




sábado, 19 de marzo de 2016

Cuánto nos falta todavía

El control parlamentario de la acción de Gobierno.

Uno está en condiciones, no siempre, de ponerse en el lugar de otro y tratar de entender las razones de su comportamiento. Entender no es justificar, ni, mucho menos, compartir.

Por eso comprendo la alergia del Gobierno en funciones para someterse al control parlamentario. Lo de menos es que, en el caso presente, el Sr. Rajoy no quiera dar explicaciones al Parlamento sobre la crisis de lo refugiados, y la posición del del Gobierno español sobre el vergonzoso acuerdo que Bruselas acaba de bendecir, desplazando el problema humanitario de decenas de miles de desgraciados que tratan de huir de la muerte, el hambre y el dolor hacia territorios supuestamente más amables.

Tengo para mí, que detrás de esa negativa late, por una parte, el temor más que presumible al pim, pam, pum que habría de sufrir el Presidente en funciones en una Cámara en la que la abrumadora mayoría de hace unos meses ha dejado paso a una zarabanda de formaciones hostiles, pendientes de dar o negar su confianza a quien tenga que hacerse cargo de la Presidencia del Gobierno. Por otra parte, no parece el Sr. Rajoy muy aficionado a dar explicaciones a la ciudadanía más allá de su machacona reiteración de frases que muchas veces no son sino meras tautologías.

Tampoco tengo conocimientos para compartir o rebatir si hay algún Artículo de alguna norma vigente que ampare la tesis gubernamental de negarse a comparecer en el Congreso.

Sin embargo, antes que la aplicabilidad de la supuesta norma que ampare el absentismo del Sr. Rajoy, hay algo indiscutible: el Parlamento es la representación genuina de la soberanía popular en cuanto que está integrado por quienes hemos elegido como nuestros representantes, y una de sus funciones esenciales es la de controlar la acción diaria del Poder Ejecutivo. Es una consecuencia inmediata del principio de la división de poderes.

Se trata, en definitiva de saber hasta dónde llega la sensibilidad democrática de nuestros gobernantes. ¿Cómo puede defenderse que los actos de un Gobierno en funciones, cuyas competencias son, por definición, limitadas están fuera de la fiscalización del Poder Legislativo,constituido por Diputados electos?

Carguemos el disparate a la inexperiencia, a la novedad de la situación y esperemos que, aunque sea el Tribunal Constitucional quien tenga que resolverlo, se termine cuanto antes con el lamentable espectáculo al que estamos asistiendo.

Crisis en Podemos.

Puestos a entender, también comprendo la insistencia del Sr. Iglesias en minimizar los problemas que aquejan a la formación que lidera. Un autor caído en descrédito en las últimas décadas, cuyos textos supongo que el Sr. Iglesias conoce, Karl Marx, decía que la realidad tiene la cabeza dura. Negar la evidencia puede ser incluso conveniente para según quién, pero no desvirtúa los hechos, y estos indican que las aguas de Podemos bajan revueltas.

Y no podría ser de otra manera. La formación está sufriendo las consecuencias de una crisis provocada por su crecimiento vertiginoso. No se pasa de ser un tumultuario movimiento ciudadano de protesta a un Partido Político, tercera fuerza parlamentaria, en tan poco tiempo, sin desajustes importantes.

Tampoco se trata de saber quién nos cae más simpático (o quien nos resulta más odioso, que es otra forma de verlo), si el Sr. Iglesias y sus partidarios o el Sr. Errejón y sus seguidores. Las personas cuentan, desde luego, y las personalidades, pero, sobre todo, importan los modelos que unos y otros representan.

Errejón se inclina por una formación "transversal" -interclasista solía llamarse hasta hace poco tiempo- quizás porque esté convencido (sólo es una suposición por mi parte) de que para llegar al Poder en un país como España es imprescindible contar no sólo con los desheredados, los sufridores de la crisis, los enemigos jurados del modelo capitalista, sino también con la clase media y, por qué no, con la pequeña burguesía. Ése fue el camino que siguió el PSOE desde el Congreso de Suresnes hasta que abjuró del marxismo. Ese modelo teórico se corresponde con un tipo de organización interna que dé cabida a corrientes y tendencias; lo que ahora se llaman "sensibilidades".

Hay otra forma de analizar la realidad, que lleva a otro modelo organizativo. Absoluta cohesión interna aún a costa de soltar lastre, dirección única e indiscutida, y satanización de la disidencia, del pensamiento divergente. Se termina hablando de "fraccionalismo", de "desviacionismo" como herejías imperdonables. Es el Centralismo democrático. En ese modelo, como decía Leon Trotstky, la clase obrera sustituye al pueblo, el Partido sustituye a la clase, el Comité Central sustituye al Partido, y el Secretario General, acaba por sustituir a todos.

Ambos modelos buscan lo mismo: convertirse en la fuerza referente de la izquierda española para terminar llegando a la Moncloa. Los caminos son distintos: en el primer caso, se busca el acuerdo con otras fuerzas, en el segundo, nuevas Elecciones.

Como era de esperar, las cabezas visibles de ambas posiciones, niegan la mayor y, desde luego, sus consecuencias. 




martes, 15 de marzo de 2016

La segunda juventud del surrealismo

Hay días que más vale olvidarse de los medios de comunicación.

¡Qué pena! Doña Rita ya no ríe. Cuando no se esconde tras los visillos de alegres ventanales, truena, amenaza, airea su inocencia y asegura que de dimitir, ni hablar, porque ella no ha hecho nada, no sabe nada, no se arrepiente de nada. 

Dª Cospedal, supongo que va incluido en el sueldo, asegura que "en su vida ha visto cosa igual". Uno no sabe cuántas cosas ha visto Dª Dolores, pero tiende a pensar que a él le pasa lo mismo, que cosas como las de Dª Rita, tampoco ha visto ninguna.

Mientras tanto, la cúpula de Podemos, por un lado se consume en dimes y diretes ("que sí, que hay dimisiones, una docena de nada, pero que estamos más unidos que nunca"), por otro acusa al PSOE de crearles problemas, como si la obligación de Ferraz fuera asegurar la estabilidad y la paz interna de quien aspira a pulverizarlos, y, lo que más les preocupa, observa que Pedro Sánchez pretende seducir con su mejor sonrisa a alguna de las formaciones aglutinadas de aquella manera alrededor de Podemos.

Cambia la imagen de la pantalla y veo, escucho, declaraciones sorprendentes por su simplicidad de algunos de los más egregios procesados en el caso Noos. ¡Pandilla de desmemoriados! Quienes firmaban no recuerdan, y quienes recuerdan no firmaban. Mucho amor, mucha confianza entre cónyuges y demasiados € fuera de su lugar. Y "Manos limpias", el extraño sindicato sin trabajadores, prendido a la yugular de la Casa Real. 

Sánchez se cita con Puigdemont, el último Honorable de la lista, y Ciudadanos le recuerda que del Referéndum mejor no diga ni media palabra, salvo que quiere romper la baraja. Mientras tanto, la Alcaldesa de Madrid, reserva 10.000 m2 para cementerio islámico en Carabanchel. Presiento rayos y truenos, aunque si bien se mira ¿qué se pretende, que guarden los muertos en casa? Y al PSOE le crecen los enanos allá por la brumosa Galicia donde tienen un tal Besteiro metido en problemas de manejo de dinero público. Justo en el momento en el que Feijoo dispara las alarmas en la Sede Central del PP, no vaya a ser que, gallego por gallego, le mueva el asiento al Sr. Rajoy.

¿Dónde mirar?

Mientras el Sr. Rajoy pretendía eludir el control del Parlamento con el peregrino argumento de que sólo es Presidente en funciones, y eso no hay por qué controlarlo, empiezan a pulirse las lupas que examinan la financiación de Podemos, con dineros procedentes de regímenes difícilmente homologables, lo que para algunos ha de interpretarse como que castas no hay más que una y a ti te encontré en Venezuela.

Moody's califica la deuda catalana, en el hipotético e improbable supuesto de que llegara a ser un país independiente, al mismo nivel que la de Bosnia, Pakistán, Honduras o Moldavia. No se sabe si tan depauperado escalafón se debe a las trazas de la CUP, la fama de los Pujol o al hecho de que en una Cataluña independiente, el Barça ¿en qué liga jugaría?

La Srª Merkel, otrora víctima propiciatoria de quienes en España tronaban contra los recortes, acaba de llevarse un soberano revés electoral a manos de la nunca extinguida ultraderecha xenófoba y racista alemana. Uno echa la vista atrás y empiezan a alarmarle las similitudes crecientes entre el escenario europeo actual y el alemán de los años 30.

Y al otro lado del charco, en la sede del Imperio, donde se juega una buena parte de nuestro futuro, el más energúmeno entre los energúmenos que han aspirado a la Presidencia USA (ranking peleado donde los haya) sigue insistiendo en que expulsará a ¡11 millones de inmigrantes!, construirá un muro de 3.000 km., y se lo hará pagar a México porque el vecino del Sur jamás se atreverá a declararle la guerra a él, señor del mundo, que tiene de todo menos humanidad. Desde aquí parece absurdo, pero el número de sus fans, sigue creciendo, o sea que ¡cuidado!

Esto es lo que hay, nos guste o no.

Lo único seguro es que no hay nada seguro. Las encuestas califican muy bien a Rivera y muy mal a Rajoy, pero, en la misma página, el PP sigue siendo el favorito de los votantes, lo que no termina de entenderse. Por menos diferencia que en Diciembre, pero seguiría en cabeza, mientras Ciudadanos sube, PSOE también y Podemos retrocede.

O sea, hasta que escampe, Rajoy a hacer lo que mejor sabe, no hacer nada, dejar pasar el tiempo y esperar sentado a que pase ante él el cadáver del enemigo. El sistema sólo funciona si el enemigo muere antes que el que espera.

Por eso se entiende que Errejón dicen que dice que no quiere nuevas elecciones, y no se entiende que el Sr. Rajoy posponga para después de Semana Santa cualquier contacto con Sánchez. ¿Es táctica, abulia o respeto por las procesiones?

Siempre nos quedarán los programas basura.

Así que, harto de tanta mandanga, hasta el pelo de la falta de respeto de la clase política por el ciudadano, cambio de programas y me sumerjo en los espacios dedicados al corazón.

Vana esperanza: los protagonistas se parecen como si fueran clónicos a los políticos, aunque se me antojan más entrañables. Kiko Rivera, con su inimitable elegancia en el vestir, en su prestancia corporal y en su fácil verbo, desgrana despropósitos cuando le da por ahí, pero nadie ha probado su relación ni con la red Gürtel, ni con la Púnica. Y eso, ya es algo.

La mamá de Kiko, es cierto que acaba de salir de la cárcel, pero no es menos cierto que, al menos ella, ya pagó sus deudas con la sociedad. ¿Cuándo podremos decir lo mismo de los afectados por la interminable lista de escándalos político económicos? 

Como el Maestro Cano, otro portento de la oratoria, que nos pone al día de los avatares de su peculiar prole mientras sugiere qué caminos debería seguir la política patria. Las simplezas que dice no son demasiado diferentes que las que oímos a los primeros espadas del mundo oficial.

Y como éramos pocos, parió la abuela: Nadal, nada menos que nuestro Nadal, ha sido puesto en entredicho por una ex ministra francesa. ¡Y eso sí que no! Todo español por el mero hecho de serlo debería dar un paso al frente, acordarse del 2 de mayo, la Batalla de San Quintín y hasta la derrota de Roldán en Roncesvalles y recordarle a nuestra vecina con quién se juega los cuartos.

O sea...

Los días, las semanas, los meses van pasando y sabemos mejor con quiénes no es posible ponerse de acuerdo que quién va a gobernarnos.

Pese a todo, cuando sea, cada vez más a espaldas de la ciudadanía, nuestros representantes, seguirán intentando convencernos de que la solución pasa por confiarles nuestro futuro.

Y los ciudadanos, con una cierta distancia melancólica, nos encojeremos de hombros, cruzaremos los dedos y esperaremos que el destino nos sea propicio, pese a tanto incompetente.